Veganos y enojados

Ser vegano está lleno de ventajas. La salud mejora, se tiene más energía, la conciencia está tranquila, y hasta resulta más barato a final de mes.

Y sin embargo, hay un montón de veganos que van por el mundo con cara de muy pocos amigos. Están enfadados y se les nota.

¿Por qué están tan enfadados los veganos?

Están enojados, en primer lugar, con el mundo, por todo el daño que se hace a los animales; están enfadados con los compañeros de trabajo, que no toman en cuenta su sensibilidad y vuelven a organizar una cena de trabajo en el mismo asador de siempre; están enfadados con sus amigos, que todavía se ríen y hacen bromas sobre lo que comen, sin entender la poca gracias que tiene; están enojados con su familia, que ya no quiere oír más del tema; y están enfadados con ellos mismos, por no hacer bastante para promover el veganismo.

En algunos casos, estos mismos veganos llenos de ira acaban deprimidos.

Para alguien que lo vea desde fuera, esto puede parecer un poco extraño. ¿Cómo es posible? Si ser vegano es tan buena idea, ¿por qué no están sonrientes y felices todo el tiempo? Quizás en realidad, ser vegano no sea tan saludable como lo pintan…

La mayoría de veganos, sin embargo, podemos entender lo que pasa. Una cosa es lo que compras, lo que comes y lo que vistes. Otra cosa, bien diferente, es qué hacer ante un mundo, lleno de personas amadas y apreciadas, que clava su tenedor día tras otro en la carne de las víctimas a quienes querríamos salvar.

Vegana-enojada

La ira, un gol en propia puerta

La soledad, la confusión y la frustración que sentimos a menudo es natural y comprensible. Pero si no tratamos correctamente nuestro dolor interno, corremos el riesgo de desarrollar un estado emocional negativo crónico. A la larga, esto nos hará sufrir aún más, y de paso, saboteará nuestros mejores intentos de comunicar el veganismo y hacer algo bueno (lo cual alimentará a su vez nuestra sensación de frustración, creando así un peligroso círculo vicioso).

Vivir en un estado permanente de enfado y rabia contra el mundo no ayuda a nadie. De hecho, se podría argumentar que hace un flaco favor a los animales explotados: ¿quién querría darle una oportunidad al veganismo, viendo a ese vegano amargado y enojado? Además, si quieres contribuir y difundir el veganismo de alguna manera, está demostrado que serás mucho más efectivo si partes de un estado emocional más sano, más alegre y más optimista. Y finalmente, tú, independientemente de lo que hagas o no hagas por los animales, mereces vivir libre de la carga de la ira y poder disfrutar de cada día.

Ser feliz en un mundo cruel

La pregunta que muchos nos hacemos a veces es: ¿cómo puedo no sentir rabia y tristeza cuando pienso en todo lo que está ocurriendo en estos precisos instantes? ¿Cómo puedo sentirme alegre y optimista sabiendo el infierno de terror que existe a mi alrededor?

No hay una respuesta fácil.

Pero creo que lo primero es recordar que, aunque sólo sea por contribuir a la causa vegana, debemos proponernos superar el enojo. Esto no significa que no podamos sentir rabia, frustración y tristeza. Simplemente, decidamos que estas emociones no nos van a gobernar, entre otras cosas, porque tenemos una importantísima labor que hacer.

Luego, para llevar a cabo esta decisión existen numerosas estrategias: ejercicio físico, meditación, practicar la gratitud, activismo en grupo, humor, etc. Cada uno, según su caso, encontrará el sistema que le vaya mejor.

Así que no te olvides. Ser vegano está lleno de ventajas. Disfrútalas y comparte esa felicidad con el mundo. Todos saldremos ganando.