El hecho de que alguien haya consumido carne y lácteos durante toda su vida y llegue a una edad avanzada no necesariamente demuestra que estos alimentos son intrínsecamente buenos o malos.
La longevidad de una persona puede estar influenciada por una variedad de factores, incluyendo la genética, el estilo de vida, la actividad física, el acceso a la atención médica y otros hábitos alimentarios.
Es importante recordar que la relación entre la dieta y la salud es compleja y multifacética. Si bien algunas personas pueden haber mantenido una dieta omnívora durante toda su vida y disfrutado de una buena salud, existen estudios científicos que sugieren que una dieta basada en plantas puede estar asociada con beneficios para la salud, incluyendo la reducción del riesgo de enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer.
La ciencia nutricional ha avanzado significativamente en las últimas décadas, y se ha acumulado evidencia que respalda los beneficios de una dieta basada en plantas para la salud. Esto no significa que todas las personas deban adoptar una dieta vegana, pero sí destaca la importancia de una alimentación equilibrada y basada en plantas como parte de un estilo de vida saludable.
Cada persona es única, y lo que funciona para una persona puede no ser adecuado para otra. Por lo tanto, es importante tomar decisiones dietéticas basadas en las necesidades individuales y considerar factores de salud, éticos y medioambientales al tomar decisiones sobre la alimentación. Además, es recomendable que las personas mayores hablen con sus profesionales de la salud sobre su dieta y sus necesidades nutricionales específicas para asegurarse de mantener una buena salud a medida que envejecen.