Industria ganadera y contaminación fecal

En otras ocasiones hemos comentado cómo el veganismo, además de otros beneficios, supone una de las medidas más eficaces a nivel de defensa del medio ambiente.

Sin embargo, hay un punto específico que aún no habíamos tratado de forma concreta: el impacto de la ganadería a nivel de generación de residuos tóxicos.

La industria ganadera no sólo constituye un derroche de recursos naturales sino que es la mayor contribuyente a la suciedad y la contaminación medioambientales de nuestra sociedad.

La cantidad de excrementos producida por los animales en las explotaciones ganaderas alcanza dimensiones sofocantes: una sola vaca lechera produce 130 veces más excrementos que un ser humano y hay aproximadamente 1.500 millones de vacas en el mundo. Agreguemos los excrementos de los cerdos, las ovejas, las cabras, las gallinas, los pavos, los peces de la piscifactorías, etc.

Cada segundo, se añaden más de 53 toneladas de excrementos de los animales en las instalaciones ganaderas… sólo en los EE. UU. No son kilos, sino toneladas; y no es cada día, ni cada hora: es cada segundo.

Antiguamente, se usaba el estiércol recogido en las granjas como fertilizante para arar los campos. Pero hoy en día, las cantidades son tan monstruosas que el excremento se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para la propia industria ganadera.

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El problema es que la única manera eficaz de eliminar los excrementos es a través del lento proceso de reciclaje. Con las monstruosas cantidades y vertiginoso ritmo de producción de excrementos, se acude a soluciones cuya sostenibilidad y responsabilidad mediomabiental son más que dudosas.

Una gran parte se lanza a gigantescas fosas sépticas, llenando así el planeta de “bolsillos de heces”. Estos excrementos no reciben el mismo tratamiento que los excrementos humanos y son hasta 500 veces más tóxicos. Por si fuera poco, están enriquecidos con todos los antibióticos, hormonas, insecticidas, herbicidas, fungicidas y amoníaco que se usan regularmente en la industria.

Desconocemos las consecuencias que esto puede tener para el medio ambiente o las variedades de microbios que pueden desarrollarse a medio o largo plazo bajo esas condiciones, pero sabemos que en el 40% de los casos, estas fosas sépticas terminan colapsando y su contenido contamina las aguas subterráneas o las aguas fluviales. También hay casos de productores que vierten a los ríos los excrementos de los que no se pueden deshacer.

Apenas conocemos qué tipo de daño estamos causando al medio ambiente al almacenar o tirar tales cantidades de excrementos. Mucho menos sabemos acerca de las consecuencias de producir y desechar tantas cantidades de productos químicos necesarios para mantener las instalaciones ganaderas. Más de la mitad de la producción de antibióticos está destinada a animales explotados. Los insecticidas, el amoníaco, las hormonas y todas las sustancias tóxicas cuyas dosis aumentan cada lustro constituyen un peligro para la salud del ecosistema planetario en su globalidad.

Así que ya sabes: evitar el consumo de productos derivados de la ganadería reduce la cantidad de excrementos que ahoga el planeta. Si tu entorno se preocupa por el medio ambiente, quizás les interese conocer este aspecto de la industria ganadera.