La alimentación vegana en niños. Introducción de los alimentos del bebé vegano

Es cierto que, para los que somos padres, la alimentación de nuestros hijos es un tema fundamental, ya que todos queremos lo mejor para ellos y siempre estamos preocupados por si comen poco, si comen mucho, si comen entre horas, si son de esos niños que no comen a ninguna hora y parece que se alimentan del aire… en fin, un sinvivir. Si, además, a esto le añadimos abuelas preocupadas y las dificultades sociales que aparecen sobre todo si los niños comen fuera de casa, en ocasiones podemos llegar a sentirnos bastante agobiados.

Debemos tener claro que una alimentación vegana es perfectamente saludable a lo largo de toda la vida y en cada una de sus etapas. Por lo tanto, no debemos preocuparnos por si nuestro hijo va a crecer bien por no comer productos de origen animal, ya que las vitaminas, minerales, grasas saludables, hidratos de carbono y proteínas necesarias para la vida se encuentran en alimentos de origen animal, pero también en los vegetales y, una vez descompuestas en sus moléculas básicas (aminoácidos, azúcares, vitaminas, minerales,…), no hay diferencias entre ellas.

Introducción de los alimentos en el bebé vegano

Un bebé vegano es un bebé igual que cualquier otro y, por ello, hasta los seis meses, el único alimento que necesitará será la leche materna. Pero ¿qué ocurre si no podemos dar el pecho a nuestro bebe? Pues tampoco hay problema, ya que no es necesario recurrir a las fórmulas realizadas a base de leche de vaca. Actualmente, ya se pueden encontrar leches de fórmula a base de soja o arroz hidrolizado. Estas fórmulas están preparadas para cubrir perfectamente las necesidades del niño en caso de no poder tomar leche materna.

A partir de los seis meses, comenzará el momento de introducir gradualmente nuevos alimentos como complemento a la lactancia, y la forma de realizarlo será igual que en los bebes omnívoros: lo ideal es hacerlo de forma progresiva, incorporando los alimentos de uno en uno, tanto para acostumbrar al sabor como para detectar posibles reacciones de intolerancia (si damos varias cosas nuevas cada vez y el niño sufre alguna reacción o tiene diarrea, no sabremos qué se lo ha provocado).

De esta forma, a partir de los seis meses, lo habitual es sustituir o complementar alguna de las tomas con un aporte de cereales sin gluten (el gluten es mejor no introducirlo hasta los 9 meses o incluso el año) y también podemos realizar la introducción progresiva de verduras en forma de puré. A esta edad, las verduras que son más apropiadas serán la patata, la zanahoria, el calabacín, el puerro y el boniato.

La alimentación vegana en bebes

También se puede comenzar a los 7 meses con purés de fruta, incorporándolas de una en una para observar si el niño presenta alguna reacción (las fresas, el melocotón, el kiwi  y el plátano deben introducirse después del año, pues son de las que más alergias provocan).

Entre los 9 y los 12 meses podrán incorporarse progresivamente las legumbres, la soja, el seitán, el tofu y los frutos secos (siempre bien triturados para evitar el riesgo de atragantamiento. Los cacahuetes deberán ser los últimos en incorporarse a la dieta por el riesgo de alergias).

En cuanto a las texturas, dependerá lógicamente de la aparición de los dientes, pero se recomienda no retrasar la alimentación sólida porque podemos acostumbrar al peque a comer siempre a base de purés, lo que complicará la cosa…

¡Comienza la guardería!

El principal problema no será conseguir una dieta equilibrada y completa, sino que el niño o la niña “sigan siendo veganos” al salir de casa. Lo ideal será encontrar una guardería o colegio donde sean compresivos y respetuosos con nuestra elección de vida.

A medida que el niño crezca, pesará en él la educación recibida en casa y él mismo elegirá las opciones veganas dentro del menú escolar, aunque no debemos angustiarnos si en un momento determinado nuestro hijo va a casa de algún amiguito y come algo no vegano, ya que una fase fundamental del desarrollo humano es la socialización y sería más perjudicial para él sentirse diferente y excluido que, por ejemplo, tomar una “chuche” no vegana de forma puntual.

En cuanto a la familia, en cuanto vean que el niño o la niña crecen sanos, se desarrollan alegres y con normalidad, se tranquilizarán y aceptarán nuestra decisión. Al fin y al cabo, todos queremos lo mismo: ver a nuestros niños sanos y felices.

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